Vigoroso, dinámico, atractivo, reservado como el demonio… Sería un buen empiezo para retratar a este tentador bastardo. Ojos marinos, imperturbables, fríos cual témpanos de hielo, con una determinación de pocas palabras; son de esos ojos que uno no puede ver fijamente sin estremecer o buscar eludir. Rostro finamente blanco, fundamentalmente impávido. Su cabello es pronunciadamente extenso, sostenido por una cola de caballo en la parte de atrás y desciende poco más debajo de la estatura de los omóplatos, por otro lado la parte de enfrente la preserva relativamente corta con apenas algunos mechones detectables ocupando el área del rostro y cómo dato destacado en el peinado: cuenta en los costados con dos mechones alargados que se hacen menudos conforme descienden. Su cabellera también es de un poderoso azul umbrío y poco brilloso. Su complexión es delgada, más su físico está recubierto por poderosos músculos diseñados específicamente para la velocidad y la exactitud, no tanto la fuerza aunque no es un campo que tenga sin desarrollar, es tan afanoso y tenaz como el más ilustre deportista. Su torso es rígido como una roca, y lo mismo puede citarse de sus largos brazos impuestos para sobrellevar el más arduo combate y experimento físico. Su espalda es muy amplia, fornida como dicta el concepto de un hombre en toda la extensión de la palabra.

Su cuerpo está estampado por diversos tatuajes, siendo el más evidente uno que aloja en el pecho de una equis, color azabache con su propio distinguido, además de incontables cicatrices en la espalda, el torso y los brazos, más ninguna sobre su fastuoso rostro. Viste regularmente por ropas humildes que le permitan moverse fácilmente, y si puede le gusta andar simplemente sin camisa mientras anda por la casa o con amigos. Elije matices claros para vestir, teniendo inclinación hacia el naranja.

No bromas, no juegos, todo es en serio. Es una persona de temperamento crudo y aguerrido, siempre se le verá serio y abstracto en sus propios asuntos, no se meterá con nadie salvo que tenga que hacerlo o que se metan con él, o la gente que aprecia. Jamás da aviso de nada importante tratándose de forma visual, es la clase de personas que actúa ipso facto y sin titubeos, no hay nada que lo haga titubear para cumplir su cometido ni menos que lo pueda amedrentar; miedo no es una palabra que parezca tener cabida en su sistema, menos tratándose de gente de lengua larga que solo abren el hocico porque lo tienen pegado a su puta cara. De antemano es un veloz estratega, tiene un impresionante capacidad de analizar las cosas y ponerlas a trabajar a su favor, a una velocidad que bien deja impresionados a todos quienes tuvieron la oportunidad de laborar en conjunto a este hombre en la flor de su juventud

Sí, su cerebro está programado para no sentir remordimientos ni miedos frente a la necesidad de apagar vidas, y suele ponerse muy creativo a la hora de dictar una tortura para hacer cantar cual Pavarotti al pobre infeliz que llega a caer entre sus garras cuando necesita información. Su impresionante calma, su sosiego ante toda situación por adversa que fue fuera, así como la capacidad de su razón para manejarse ante escenarios de gran presión o peligro lo hicieron conocerse entre los suyos, por no decir que tiene una gran destreza en cuanto a armas se refiere, e interés en ellas. En resumen, parece todo tenerlo todo odiosamente bajo control.

Como pareja sin embargo, deja mucho que desear, no es de ningún modo un hombre muy atento a la pareja, rara vez es detallista pero jamás es desleal aunque la situación sea por demás tentadora no tiene ninguna necesidad de estar coqueando con mujeres, menos permitir coqueteos de otra, pero como todo hombre la carne le seduce por demás, y cuando no está con un compromiso se da su tiempo para buscarse la compañía de una dama a su altura, y de estar de novio entonces puede y que se haga los méritos necesarios para que su pareja acceda a sus depravaciones personales. Como compañero es fiel, está muy interesado en ayudar a sus compañeros y regresar con vida de cada misión.

Un antiguo Yakuza. De niño se dejó llevar por la influencia de su tío, un mafioso de todas las de la ley para adoptar un modelo de vida corrupto y sin medidas, una vida de tomar todo lo que él quiera en tanto tuviera la capacidad para hacerlo. Demostró en cortos años cuan abusivo y temible podía ser, aún ante sus compañeros y amigos se mostró tan inestable, tan impetuoso, y aunque tal cosa le brindara triunfos en tal momento, para la organización de aquel entonces tal conducta no era más que una muestra de debilidad. Su pequeña participación en la mafia tendría los días contados, el joven abusivo se enfrentó con una trampa puesta por unos de sus compañeros para hacerlo parecer culpable. Lo hacían parecer responsable del asesinato de un niño, el niño del jefe de una mafia con la cual tenían una relación complicada, pero hasta entonces respetuosa, y Saizou no encontró como defenderse. Sabiéndose víctima de las circunstancias, y de su propio puño que lo hizo acreedor de tales enemigos, no quedaba mucho salvo enfrentar con las injustas consecuencias o retirarse, era obvio que se inclinaría por la última. Trató de escapar, buscar ayuda con otras personas en su desesperación. Sus intentos por buscar resguardo parecían inútiles en un principio, pero su persistencia le abriría las puertas de una organización delictiva compuesta por asesinos, gente descartable por su pasado y mayormente empleados para misiones suicidas, la clase de cosas que uno no aceptaría de no tener más remedio, y Saizou en efecto no tenía más remedios. Aceptó, nuevamente es colocado dentro de un grupo que servía para ocultarse de la mafia, pero era promesa de muerte para muchos, se le asignaron trabajos costosos que lo pusieron al borde de su aniquilación pero supo sobreponerse, y lo logró por casi una década. Fue su modo de participar en la guerra, que le dio un margen amargo pero posible de cumplir. La suerte del hombre acabaría en la primera misión "suicida" a las entrañas de Potestad, un hombre había pagado mucho por eliminar a la mismísima directora, y tal organización tomó el pedido enviando a sus mejores hombres, con el nipón entre ellos.  Ni falta hace decir que no pudieron detener a la mujer, que la operación fue un fracaso y le costó la vida a todo quien fuese encomendado para ella con excepción de Kazama, quien fue aprehendido, y puesto en manos de su dura autoridad. La vida por segunda ocasión se mostro dulce, para luego darle una bofetada en la cara, pues al hombre se le forzó a introducirse en un grupo semejante al que él pertenecía, si quería seguir con vida. Decidió que era mejor que nada, hacer cualquier cosa podía ser preferible a morir, incluso si eso significa entrar a la Cerberus Company.