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Lo que hace a este caballero distinguirse entre sus demás compañeros no es otra cosa que su oscuro vicio del juego, es incapaz de dejarlo, como si hubiera un matrimonio espiritual con las cartas y la ruleta, con los casinos y sitios de juego que lo hacen sentir en casa y lo han acogido en su vientre. De entrada, el hombre ostenta continuamente una astucia poco comparable con la de otros compañeros, se define ante otros por ser creativo, por tener los ojos en métodos alternos y poco morales para resolver sus propias asperezas. Es misterioso, da un palmario aire de experiencia y oscuridad, que no es pesado como con otra gente, no es peligro lo que refleja, si no incertidumbre, para muchas fortuna, para otras pobreza. Con las damas es bastante hábil, es su segundo pasatiempo después del juego, es un caballero, un gentil  y divertido conquistador que deslumbra con su carácter intrépido y sombrío, audaz, pero esto para en este punto, pues como pareja es un hombre que deja mucho que desear, no es su campo eso de ser responsable.

Nacido en Las Vegas, Estado de Nevada, hijo del jefe de seguridad en un hotel cuyo casino le dejaba apantallado. Lo veía solo por breves instantes, según su audacia pudiese llevarlo tan lejos sin ser atrapado por hombres de su padre siendo atraído por las dulces luces de las máquinas, o el aroma tan fuerte a tabaco que se aspira entre sus filas y filas de juegos, quizá también eran los ruidos y las tonadas tan alegres que inducen al juego. El chico creció en un ambiente muy crudo, pese a los cuidados de su padre, él rápidamente se adaptó a los ebrios, a los pleitos, a los ajustes de cuentas, a las prostitutas y las mentiras de los jugadores, y a él le encantaba, amaba este estilo de vida. Desde muy joven, él se involucró más y más en el bajo mundo mientras su padre solo quería sacarlo de ahí, pero fue poco. Empezó con sus apuestas, con sus problemas, con sus desastres, pero todo esto no fueron más que el boleto de ida para la armada, a la que ingresó desde temprana edad para reformarse, o intentarlo. Ahí pasó un buen rato y un largo servicio, él no pretendía entrar en la guerra, ni su padre, pero las circunstancias se prestaron para ellas, y ni así podían separarlo de su amado juego. Aunque pequeños, apuestas leves con sus compañeros, principalmente de cartas, y tuvo suerte, suerte que lo acompañó durante toda su estadía en tierras enemigas. Una vez que la guerra se volviese más difícil, se deslindó de la armada para formar parte de un grupo de mercenarios, la verdad es que el ejército no estaba dándole los recursos necesarios para solventar sus gastos de juegos y pudo encontrar en el sector .privado. Eso no impidió que su papel en la guerra fuera inútil, y su país fuera derrotado. Los mercenarios perdieron apoyos, y recursos, muchos murieron, Kyeron supo retirarse en su momento y unirse a MRA para salvarse, al menos, tener un trabajo para sobrevivir.